El uso del diseño prestacional (PBD) es cada día más frecuente a la hora de establecer las medidas adecuadas de PCI y en la evaluación del riesgo de incendio. Asimismo, para la evaluación de los posibles diseños se utilizan frecuentemente modelos matemáticos que son capaces de simular los diversos efectos del fuego ante cada escenario de diseño.
Los conocimientos técnicos requeridos para abordar el diseño prestacional en seguridad contra incendios, así como la utilización e interpretación de los modelos, son los propios de los ingenieros de PCI que cuentan con la necesaria formación y experiencia.
La SFPE ha publicado varios documentos relacionados con las condiciones de idoneidad que deberían cumplir, para desarrollar una buena práctica, los profesionales de la ingeniería de seguridad contra incendios: “Recommended Minimum Technical Core Competencies for the Practice of Fire Protection Engineering (1)”, “SFPE ECCG: White Paper for Professional Recognition for Fire Safety Engineering (2)”, “SFPE Canons of Ethics (3)”.
Dentro de las herramientas utilizadas en la evaluación de los diseños se encuentran modelos matemáticos de fuego, que permiten obtener predicciones de los efluentes del fuego en los diferentes escenarios de incendio y también modelos que permiten predecir el movimiento de personas que facilitan estimaciones cuantitativas de los tiempos requeridos para el traslado de los ocupantes a un lugar seguro. El grado de complejidad de los modelos puede variar, desde simples fórmulas matemáticas hasta los más sofisticados modelos computacionales. Los modelos de fuego son también usados para los análisis forenses en la investigación de incendios. [4,5]
Un determinado modelo puede ser adecuado para una determinada aplicación e inadecuado para otra. La SFPE tiene publicada una guía al respecto: Guidelines for Substantiating a Fire Model for a Given Application (6).
En la utilización de los modelos se pueden producir diferencias entre las predicciones facilitadas por los modelos y la realidad de lo que ocurre en los incendios o en los procesos de evacuación analizados. Estas potenciales diferencias se engloban en un concepto que se denomina incertidumbre, y que el ingeniero de PCI, usuario del modelo, debe conocer, cuantificar, y tener en cuenta a la hora de establecer la fiabilidad y la precisión de los cálculos.
La magnitud global de la incertidumbre debe tener en cuenta, al menos, tres conceptos de análisis:
• La verificación del modelo.
• La validación del modelo.
• Los errores procedentes del usuario.
La verificación del modelo, consiste en la justificación de que el modelo computacional representa al modelo conceptual que ha servido de base para su desarrollo, en cuanto a los códigos de escritura del modelo y dentro de unos límites especificados de precisión. Este factor, normalmente, queda garantizado por la solvencia de la entidad autora del modelo.
La validación del modelo puede consistir en la comparación de los resultados de ensayos reales de incendio con las predicciones del modelo. La SFPE Engineering Guide to Substantiating a Fire Model for a Given Application (6) señala que no existe una única definición, ampliamente aceptada, para el concepto de "validación de un modelo".
La Guía ASTM E-1355, Standard Guide for Evaluating the Predictive Capability of Deterministic Fire Models (7) identifica tres métodos para realizar la validación de un modelo de fuego: validaciones ciegas, especificadas y abiertas.
En las validaciones ciegas, también denominadas “a priori”, el usuario del modelo solamente dispone de la descripción y detalles del experimento que se modelará.
En las validaciones especificadas, el modelador recibe una información completa del experimento y de los datos de entrada para el modelo.
En los cálculos abiertos, denominadas validaciones “a posteriori”, el modelador cuenta con la descripción completa del experimento a modelar, y con los resultados del experimento.
Cada enfoque presenta ventajas y desventajas. En cualquier caso, los procesos de validación son complejos por la propia naturaleza de la variabilidad de resultados de los experimentos.
Los errores procedentes del usuario, asumiendo de partida que el mismo cuenta con la adecuada preparación y experiencia, pueden provenir de una diversidad de fuentes, entre las que cabría resaltar la exactitud con que se represente el espacio analizado en el modelo, (por ejemplo el tamaño de las celdas en un modelo CFD) o los errores cometidos en la selección de los datos de entrada.
Para obtener una estimación final de la magnitud de la incertidumbre involucrada en el uso de un modelo, se debe contar siempre con un estudio de sensibilidad. En este tipo de estudio, básicamente, se mide en qué grado varían los datos de salida en función de la variación de los datos de entrada. Si una pequeña variación en un dato, o en un determinado grupo de datos, de entrada, produce grandes variaciones en los datos de salida, los resultados de la evaluación podrían resultar inaceptables.
Un artículo de referencia que ilustra los puntos expuestos anteriormente es: “Round-robin Study of A Priori Modelling Predictions of the Dalmarnock Fire Test One (8)”.
Este artículo, en idioma inglés, puede ser descargado en el siguiente enlace: